Tras el boom urbano del siglo XX, urbanistas y arquitectos comienzan ahora a replantearse los procesos
de construcción, y a analizar las consecuencias medioambientales y energéticas de los sistemas utilizados
hasta ahora.
Como resultado de todos estos análisis, ya iniciados durante la crisis del petróleo de la década de los 70,
hace ya años que se está modelando una forma nueva de entender la arquitectura, donde el ahorro de energía
es un factor a tener en cuenta, pero sólo uno más entre otros, como el máximo aprovechamiento de los recursos
naturales, o la integración medioambiental y climática del edificio.
Distintos estudios prueban la capacidad de ahorro de un edificio de estas características, y la evalúan
en un 70% de ahorro energético frente a las construcciones convencionales.
El
Centro de Investigaciones Energéticas,
Medioambientales y Tecnológicas -CIEMAT- está desarrollando un proyecto de I+D en edificios
emblemáticos de los cinco diferentes climas existentes dentro de la Península Ibérica
con la finalidad de que el ahorro alcance un 90%.
Leer artículo sobre investigación
del CIEMAT