Los pellets son residuos procedentes de limpiezas forestales e industrias madereras que son triturados y convertidos a virutas. Una vez secados para disminuir el nivel de humedad y las posibles resinas, son prensados en forma de pequeños cilindros.
Los pellets son una aplicación evolucionada de la biomasa, son limpios, de fácil manejo, ocupan poco espacio y permiten la capacidad de autoalimentarse a las estufas que los utilizan,
funcionando así de forma autónoma durante horas.
Además son muy ecológicos, ya que dan utilidad a un residuo y evitan la tala de árboles para la calefacción, como es el caso de la leña.
El depósito de las calderas de pellets tiene un dispositivo automático de recargue de combustible, de forma que no es necesario ocuparse continuamente de esta actividad. No hay humos molestos y las cenizas pasan por un proceso de compactación por el cual únicamente es preciso retirarlas 2 ó 4 veces al año.
A pesar de sus evidentes ventajas y del fomento que desde las instituciones españolas se hace de su uso –existen subvenciones para comunidades de vecinos, y dentro de la Comunidad de Cataluña se otorgan ayudas económicas también a viviendas unifamiliares- , el mercado de la biomasa no ha conseguido despegar en España al nivel de estados europeos tales como Austria o Suecia. Teniendo en cuenta que el vigente Plan de Ahorro y Eficiencia Energética 2005 – 2007 prevee generar más de 3000 MW. mediante biomasa en el año 2011, -cuando en 2003 fueron sólo 308-, es de suponer que esta forma de energía vivirá un boom durante los próximos años.
Además de las calderas alimentadas mediante pellets u otros combustibles biomasa, también existen en el mercado estufas de tamaño convencional alimentadas mediante este combustible.
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